La huella de carbono de Sorewards
En 2023, Sorewards llevó a cabo su primera evaluación del carbono utilizando la solución Toovalu Impact®.
Tras cartografiar los flujos de la empresa y recopilar y analizar las cifras, llegamos a este resultado:
La huella de carbono global de Sorewards en 2022-2023 fue de 217 toneladas de CO2e.
Son tantas emisiones como las que se necesitarían para recorrer 1.001.838 km en un coche de combustión interna, producir 477.308 kg de uva o fabricar 1.226 ordenadores portátiles.
Estas 217 tCO2e se desglosan del siguiente modo:
- El 92% vinculado al uso de nuestra tarjeta regalo solidaria, es decir, 199 tCO2e (excluidas las donaciones caritativas);
- El 7% corresponde a nuestras compras, es decir, 16,2 tCO2e (servicios, material de oficina);
- 1% de emisiones diversas, es decir, 1,56 tCO2e ;
- < 1 % liées au numérique, soit 0,43 tCO2e (hébergement web).
Como agentes comprometidos con la economía social, desde el principio quisimos minimizar la huella de carbono de nuestra empresa para que fuera resistente.
Cada una de nuestras acciones se basa en la jerarquía de residuos: reducir, reutilizar, reciclar.
En Sorewards, nuestros equipos informáticos son de segunda mano, nuestra web y nuestra aplicación están ecodiseñadas, optimizamos nuestros recursos almacenados en la nube, favorecemos la movilidad suave (y nunca cogemos el avión), nuestro equipo es a escala humana, al igual que nuestros locales, y nuestros residuos domésticos se reducen al mínimo.
Nos complace constatar que nuestra huella de carbono en la empresa es de sólo 18,2 tCO2e.
Obviamente, sigue siendo demasiado, y podríamos haber hecho menos o mejor, pero es alentador.
Como decimos a los destinatarios de nuestra tarjeta regalo: nuestro objetivo no es dar lecciones, queremos concienciar y sensibilizar a la gente sobre la importancia de regalar y comprar de forma responsable.
Cómo calculamos nuestra huella de carbono
En colaboración con Toovalu y la consultora independiente Veracy, hemos utilizado el método Bilan Carbone® versión 8 de ADEME, basado en la norma internacional ISO 14064.
Hemos estudiado todas nuestras emisiones generadas, en los ámbitos 1, 2 y 3 (aguas arriba y aguas abajo) durante el ejercicio fiscal comprendido entre octubre de 2022 y octubre de 2023.
Nuestras emisiones se calculan utilizando una unidad de medida común, el kilogramo equivalente de C02 (kg CO2e), una unidad creada por el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) para comparar distintos gases de efecto invernadero (GEI).
En los casos en los que no disponíamos de datos sobre emisiones, utilizamos la metodología de los ratios monetarios (kg CO2 / k€), basada en medias nacionales.
Somos conscientes de las limitaciones de este método, que carece de precisión.
Aunque algunos socios han podido facilitarnos su huella de carbono o las emisiones precisas de nuestras compras, no es el caso de todos ellos.
En cuanto al uso de nuestros productos, sería inconcebible, por razones obvias de privacidad, conocer con precisión los productos y servicios adquiridos con nuestras tarjetas regalo prepago.
¿Por qué no hemos calculado las emisiones de las donaciones a organizaciones benéficas?
Hemos decidido no incluir, inicialmente, el impacto en carbono de las donaciones realizadas a través de Sorewards.
Simplemente para no contabilizar negativamente una acciónpositiva.
Nuestra misión es fomentar la generosidad y la solidaridad, sin devaluarla. Para nosotros, las donaciones no son una forma de compensar nuestra huella de carbono.
Somos conscientes de esta limitación, y estamos pensando en cómo superarla para nuestra próxima huella de carbono.
Reducir nuestra huella de carbono: un enfoque de mejora continua
Nuestro objetivo es conciliar poder adquisitivo y responsabilidad, sin limitaciones, fomentando la generosidad.
Un análisis de nuestra huella de carbono muestra que el uso de nuestros productos genera el 92% de nuestra huella de carbono, es decir, 199 toneladas de CO2e.
Nuestra mayor responsabilidad es, por tanto, fomentar un consumo responsable y sostenible por parte de los beneficiarios de nuestras tarjetas regalo desmaterializadas.
Dos ángulos de acción se hicieron entonces evidentes para nosotros.
Por un lado, queremos concienciar a los beneficiarios de nuestras tarjetas regalo sobre el consumo responsable.
Ya sea concienciando a través de comunicaciones públicas o individuales, o fomentando las compras sostenibles dentro de nuestra aplicación, tenemos el deber de promover regalos que sean buenos para el planeta, con nuestra tarjeta válida en todos los comercios asociados de la red Visa®.
En segundo lugar, aunque no nos gusta dar lecciones, estamos estudiando la posibilidad deexcluir determinadas plataformas en línea de gran notoriedad que ofrecen productos poco respetuosos con el medio ambiente y aplican prácticas comerciales poco éticas.
No nos faltan ideas.
Podemos ir aún más lejos para animar a los beneficiarios de nuestra tarjeta regalo desmaterializada a reducir la huella de sus recompensas comerciales.
Tomémonos el tiempo de estudiarlas y desarrollarlas para poder ofrecérselas a su debido tiempo.
¿Contamina el sector de las tarjetas regalo?
¿Son las tarjetas regalo desmaterializadas la nueva norma?
La propia tarjeta regalo desmaterializada ofrece ventajas ecológicas. Por supuesto, esta solución no requiere papel, ni tala de árboles, ni transporte, pero sí depende de una infraestructura informática, del uso de centros de datos y del diseño de aplicaciones web.
Se trata de sectores con una elevada huella de carbono, en los que elegir proveedores de servicios comprometidos puede marcar la diferencia.
El tema de lo digital responsable se convierte en central y, afortunadamente, los actores del sector no han esperado para interesarse.
Los proveedores de servicios informáticos como Scaleway y OVH, en los que confiamos, son conscientes del impacto ecológico de sus actividades y ya han tomado medidas para limitar sus emisiones, ya sea por razones técnicas, económicas o legislativas.
Sus acciones, unidas a las nuestras, significan que emitimos menos de una tonelada de CO2e en términos digitales, a pesar de que la mayor parte de nuestra actividad se realiza sin papel.
Por último, para analizar la huella de carbono global de las tarjetas regalo, debemos fijarnos en cómo se gasta el dinero.
Al igual que los resultados de nuestra huella de carbono, el estudio de impacto del sector de las tarjetas regalo pone de manifiesto una serie de dificultades, ya que las sumas gastadas mediante tarjetas regalo son diversas y variadas.
Textil, ocio, viajes... todos estos sectores tienen una huella de carbono que hay que analizar.
La industria textil, en la línea de fuego
Después de recibir una tarjeta regalo, la compra de ropa es el principal gasto de los franceses. Lo hemos comprobado en nuestra huella de carbono, al igual que otros actores del sector.
Una bendición para el sector francés de la confección, que alcanzará un valor de 26.200 millones de euros en 2022. Sin embargo, la demanda se mantiene estable debido al aumento de los precios (casi un 5% en 2023) y a la inflación nacional.
En términos de huella de carbono, las cifras son aterradoras.
La industria textil es la tercera mayor consumidora de agua del mundo, y es responsable de nada menos que 4.000 millones de toneladas equivalentes de CO2 al año.
¡Eso esmás que el impacto de los viajes aéreos internacionales y el tráfico marítimo juntos!
En cuanto a las fibras utilizadas para confeccionar nuestra ropa, el panorama tampoco es bonito.
El 70% de los textiles están hechos de poliéster, que procede del petróleo y provoca la dispersión de miles de millones de micropartículas en los océanos cada vez que se lava.
¿Y el algodón? Su impacto no es mucho menor, ya que el cultivo del algodón requiere el uso de pesticidas y grandes cantidades de agua dulce.
Y eso sin hablar del transporte, principalmente aéreo, de prendas fabricadas al otro lado del mundo y entregadas rápidamente en nuestras tiendas para seguir el ritmo frenético de las nuevas colecciones.
Tampoco entraremos en detalles sobre el impacto social de la industria textil y las condiciones de trabajo, algunas cercanas a la esclavitud, de las manitas que confeccionan nuestra ropa.
Pero huelga decir que el impacto medioambiental debe contraponerse al impacto social y societal que genera una actividad.
Ahora que se conocen los hechos, ya se trate de nuestra huella de carbono o del consumo sostenible, ¡es hora de pasar a la acción!
Comprometámonos a mejorar, paso a paso.
No hay pequeñas acciones, ni paradojas que valgan, ni juicios que hacer.
Cada día es una oportunidad para hacer un poco más por preservar nuestro planeta.
💌 ¡No dudes en enviarnos tus ideas para la acción a hello@sorewards.com!
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